Selección entre experiencia y conocimiento

¿En qué se basan los gerentes cuando contratan personal?

Desde muchas generaciones atrás, en las empresas ha surgido el conflicto de elegir entre las personas mayores que poseen experiencia y los jóvenes que con gran facilidad generan ideas por su acceso rápido a la información. En nuestros tiempos este conflicto sigue vigente, y aumentado por los avances tecnológicos que ponen a disposición de los jóvenes toda la información del mundo y de forma inmediata.

Mucha experiencia… pero, ¿qué tan actualizada?

La mayoría de los profesionales que poseen puestos ejecutivos pasaron por un modelo de estudios que los motivó a procesar información y, en muchos casos, a aprenderla de memoria. Parte de esta información fue poco usada en su rol como líderes, lo que motivó a un cambio en la forma de aprender; es decir, una evolución al sistema de prueba y error que emana de las vivencias comunes.

De esa forma, encontraron que una de las principales competencias que debe poseer todo profesional es administrar la información, conocer su contexto y saber aplicarla. Este proceso se conoce como experiencia. El reto para los líderes actuales es analizar si esta experiencia es aplicable a un mundo tan cambiante como el actual, puesto que fue adquirida hace ya varios años.

Una de las principales competencias que debe poseer todo profesional es administrar la información, conocer su contexto y saber aplicarla.

De allí la importancia de responder la pregunta sobre ¿cuánto es el tiempo de vigencia de la experiencia que poseemos?

Vasto acceso a información… pero, ¿cuán confiable es y cómo la aplico?

En la industria de los contact center y BPO, una práctica muy común es la metodología “ve a pescar”. Este método advierte que es prohibido aprender de memoria la información y prepara expertos en el uso de las herramientas para buscarla.

El modelo fue diseñado debido a que las empresas cambian con frecuencia sus promociones, campañas o productos. Y esto provoca errores cuando las personas aprenden de memoria, ya que la información puede estar desactualizada.

En un mundo en donde el cambio es la única constante, se hace necesario validar la información todo el tiempo para legalizar los hechos. Y esta es una competencia de la presente generación millennials. Un ejemplo de ello se dio en las pasadas elecciones de Estados Unidos, en donde los “fact checkers” –grupos de jóvenes- trabajaron, en tiempo real, la validación de la información que proporcionaban los candidatos en los debates.

Y es que, poseer toda la información del mundo no garantiza que sea correcta. Por ello, es necesario validar su autenticidad, veracidad y, lo más importante, aplicabilidad.

Entre experiencia y conocimiento, entonces, ¿cuál es más importante? Ambas poseen un gran valor para las empresas y para la sociedad. El filme hollywoodense Pasante de Moda (The Intern), protagonizado por Robert Deniro y Anne Hathaway en 2015, pretende demostrar que las generaciones son necesarias para el éxito dentro de las empresas. De hecho afirman que, “la experiencia no pasa de moda”.

Eso, siempre y cuando las generaciones que actualmente poseen la experiencia se actualicen de forma constante, que aprendan sobre las nuevas tecnologías y que se interesen por conocer los cambios de los mercados. Y esto se puede alcanzar con mayor rapidez al estar cerca de los jóvenes que son grandes guías en el mundo digital cambiante.

Asimismo, los jóvenes deben ser críticos sobre las fuentes de información a las que acuden para encontrar las mejores prácticas del mundo. Esa data debe ser tropicalizada para la empresa y el mercado en ddonde se mueven. Y esto se logra con la ayuda de un mentor, que pueden encontrar en los ejecutivos que poseen la experiencia a través de la práctica. Sin duda, ellos podrán proveer el contexto de cómo aplicar esa información, así como aportar su experiencia para determinar qué hacer y qué no hacer, basado en su experiencia, con lo que entre ambos podrán surgir mejores prácticas.

El futuro: las competencias laborales

Un reto clave para las organizaciones del futuro es adaptarse a la flexibilidad, adecuarse a las nuevas necesidades de los clientes y, principalmente, poseer el talento correcto, para el lugar y el momento correctos que les permitan hacer realidad sus proyectos.

Tanto la experiencia como el conocimiento poseen un gran valor para las empresas y la sociedad.  «La experiencia nunca pasa de moda»

bEste talento busca con frecuencia medios digitales de aprendizaje, lo que crea un nuevo problema que se resume en la pregunta: ¿cómo garantizar que las personas poseen la información y saben cómo aplicarla en el momento que se requiere? La respuesta es simple. Debemos comenzar por contratar y desarrollar competencias laborales, que se consideran el conjunto de conocimientos (saber), habilidades (saber hacer) y actitudes (querer hacer) que aplicadas al trabajo generan resultados positivos.

Mario López Salguero
Director Ejecutivo
Asociación de Gerentes de Guatemala
mario.lopez@agg.com.gt

 

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