Seguridad pública y contribución privada

Planes compartidos, intereses comunes

El sector empresarial debe buscar las vías de colaboración con los medios con que cuenta, pero no debe ser señalado por no asumir mayor responsabilidad.

La principal labor de un gobierno es centrarse en los deberes primigenios de todo grupo social. La seguridad (y la justicia) es, sin duda, la primera y más importante necesidad de supervivencia de toda sociedad y a la que debe de prestar atención por cuando sin ella, además, es imposible promover otras acciones. Para tal fin y no para otros se pagan impuestos.

Sin embargo se ha generado cierta corriente de pensamiento que de forma similar a como lo hizo la responsabilidad social empresarial (RSe) pretende que el sector privado (el empresario) cargue o se responsabilice aún más por los problemas de inseguridad que padecen ciertos países por ineficiencia (o inacción) gubernamental. Se trata, como en otras ocasiones de trasladar los costos a determinados sectores visualizados o interpretados de forma peculiar por ciertos políticos.

el sector empresarial no tiene más responsabilidad que la de cualquier ciudadano. es decir, debe de contribuir con la parte correspondiente convertida en impuestos. Puede, y esta podría ser la consideración a tener en cuenta, contribuir con sus medios particulares o empresariales a mejorar determinados aspectos de la seguridad general, pero sin la generación del costo agregado que la teoría mencionada pretende.

Muchas empresas cuentan con seguridad privada, cámaras de vigilancia y otros medios. Una colaboración responsable mediante el establecimiento de una red público-privada puede hacer que converjan todos ellos y así se incrementen los servicios públicos de una forma indirecta y más eficiente. el servidor público, lejos de solicitar el incremento impositivo para generalmente llevar a cabo un manejo menos adecuado, debería ver la forma de integrar en sus dispositivos todas esas medidas que ayudarían sustancialmente a establecer un mecanismo de vigilancia, obtención de información y reacción más eficiente.

Es precisamente en esa línea de trabajo -y no en la otra- en la que deben de centrarse los esfuerzos público-privados de una sociedad en desarrollo. el sector empresarial no puede ni debe ser señalado como quien tiene que asumir una responsabilidad mayor ni mucho menos ser sujeto de cargas extraordinarias, especialmente cuando la trasparencia y la ineficiencia de ciertos gobiernos son las responsables de resultados mediocres.

Debe de ser, eso sí, proactivo y buscar las vías de colaboración con los medios con que cuenta, haciendo converger planes generales con sus intereses sectoriales de manera que se alcance la más alta cuota de eficacia, lo que redundará en su propio beneficio y en el de la colectividad.

Sentado este precedente hay que huir de discursos populistas que buscan la obtención de más recursos sin primar otras cuestiones más allá de intereses coyunturales y espurios que culpan o responsabilizan a quienes finalmente generan el desarrollo del país. La seguridad es de todos -no de unos más que de otros- y el deber del gobernante es tomarse en serio las prioridades indicadas.

Pedro TrujilloS
www.miradorprensa.blogspot.com

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