La ciudad de las oportunidades

En donde el juego se convierte en responsabilidad

Érase una vez, una ciudad en donde los niños jugaban a ser grandes. Sin la compañía de los adultos salían en busca de nuevas aventuras en un complejo de 42 atracciones. Así, por momentos se desempeñaban como bomberos, doctores, periodistas, actores, modelos, cantantes y otras tantas profesiones.

Yaquelin Sáenz de Lewin,
gerente general, Divercity.

Este no es un cuento, sino una idea colombiana que se perfila para Guatemala al concluir el primer trimestre de 2014. Lo que sucede es que, érase una vez, siempre será una forma interesante de captar la atención del público objetivo de este parque temático, niños de entre los 3 y los 13 años. Divercity es una plataforma idónea para que ellos creen una atmósfera de magia que los transporte a lo desconocido y que despierte su imaginación, para que por un momento se conviertan en adultos y ocupen las plazas de los profesionales que desean ser mañana.

Sistema controlado

A la entrada al parque, los niños reciben un brazalete con el que las autoridades los ubican dentro de las instalaciones. Este es el pasaporte para todos los puntos de la ciudad a escala, en donde algunas veces juegan y se divierten, y otras trabajan para aumentar el capital –en moneda Divercity- que reciben a su ingreso, el que cobran mitad en efectivo y mitad con tarjeta de débito mediante los cajeros automáticos.

Este es un mundo de maravillas que nutren el espíritu infantil porque presentan la realidad en forma de juego. Allí fortalecen sus deberes y responsabilidades como ciudadanos; aprenden, asimilan y se afianzan a ciertos comportamientos, como el respeto a las señales, las reglas de convivencia o la escogencia de alguna profesión, de forma individual enfrentan algunas situaciones que los obligan a tomar decisiones, lo que refuerza su autonomía.

Las vivencias orientan a los niños sobre civismo, cultura de ciudad y normas de conducta. El modelo surgió en Bogotá, Colombia, y se ha replicado en Medellín y Barranquilla, así como en Lima, Perú y, próximamente y de forma simultánea, en Guatemala y Ecuador. En el largo plazo, prometen abarcar las ciudades más importantes de América Latina y del mundo, porque han demostrado ser una alternativa de formación para los futuros ciudadanos.

Semillas para una mejor ciudad

Para hacer crecer el capital que reciben al ingreso, los niños deben prestar sus servicios en cualquiera de las actividades. De allí que, el complejo se ha denominado “la ciudad de las oportunidades”, y se ubicará en el tercer nivel del centro comercial de Pradera Concepción, en el km 15.5 de la carretera a El Salvador.

El parque se ubicará en el tercer nivel del centro comercial Pradera Concepción.

yaquelin Sáenz de Lewin, la gerente de Divercity Guatemala, comenta que un niño permanece dentro del parque un mínimo de cinco horas. Como ejemplo de lo que pueden hacer en su estadía, menciona: “en el supermercado pueden trabajar como cajeros y colocadores de producto; en la estación de bomberos aprenden a conocer y usar los distintos tipos de extinguidores para apagar el incendio de la casa de doña Gertrudis. Para lograrlo deben atravesar -en el carro de bomberos- la ciudad en tiempo récord”, ilustra.

Las actividades del parque son posibles mediante el apoyo de los patrocinadores; es decir, el banco de la ciudad lleva el emblema de la institución bancaria que lo patrocine, lo mismo sucede con cada entretenimiento: la estación de radio, el muro de escalar, el periódico, el canal de televisión, el hospital, la universidad, la embotelladora, el salón de belleza y todo aquello vital para el funcionamiento de una ciudad. En Guatemala, la ejecutiva explica que han comenzado a visitar las marcas premium, para ofrecerles un espacio dentro del parque.

Construcción de una ciudad infantil ecodivertida

El parque se encuentra en la fase de construcción, la que durará unos 9 meses, dispone de un área de 4 mil metros cuadrados y abrirá 120 plazas de trabajo. La meta de visitas, según la experiencia colombiana y los estudios para nuestro país, es de 300 mil personas al año, entre adultos y niños. La supervisión estará a cargo de educadores, personal capacitado en actuación y manejo de menores. Ellos también se encargarán del discurso de las marcas, el que facilitarán de manera educativa y didáctica.

Sáenz recalca que en este parque las marcas cuentan con grandes posibilidades, porque los niños aprenden y establecen un vínculo sensorial con ellas, que está ligado a conceptos de diversión. “Los niños aprenden a generar identidad y lealtad con la marca, producto de una vinculación afectiva”, agrega.

Uno de los lemas de este parque, que contará con una inversión de 5 millones de quetzales, es “si lo vivo, nunca lo olvido”. Por eso facilitan a los patrocinadores la oportunidad de realizar concursos radiales, desfiles, eventos, degustaciones, lanzamientos, patrocinios y enlaces web. Otras opciones son, el uso de mascotas corporativas, la toma de la ciudad y el artista invitado.

Dentro del grupo familiar se nombra a un líder, que es el único que recibe
el pase para retirar a los pequeños en caso de no hospedarse en la Guardería para Papás

Por otro lado, los padres, mientras sus hijos juegan y se divierten, invierten su rol porque son quienes se quedan en la Guardería de Papás, equipada con 7 atracciones, entre ellas una sala de televisión, un salón de belleza, un spa, una sala de Internet, un café y una escuela para los aficionados a chef, lo que puede cambiar porque depende del apoyo de los patrocinadores.

También pueden aprovechar a hacer sus compras en el centro comercial, seguramente, al volver se sentirán satisfechos al ver las caras de sus retoños después de haber cobrado un cheque en el banco, retirado dinero de un cajero, realizado una intervención quirúrgica en el hospital o, simplemente, al haber gastado su capital al hacer las compras para un hogar imaginario o para beneficio propio en la tienda de los juguetes.

En Divercity los niños pertenecen a un mundo ficticio, pero que refleja la realidad. Un reino de fantasías verdaderas en donde ellos son los protagonistas y de quienes depende un final feliz. Porque así como pueden invertir su tiempo en la universidad para recibir una mejor remuneración al trabajar en las atracciones, también pueden disipar su capital en el juego y con ello minimizar su estadía a un abrir y cerrar de ojos.

Ileana López ç vila
Directora
Revista GERENCIA
gileana@agg.org.gt

 

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