El exclusivo gusto italiano lo espera en Bistro Naná

Una propuesta emprendedora

El menú de Bistro Naná ofrece 35 platillos de la especialidad mediterránea italiano-francesa.

Una región situada en Italia sirvió de inspiración para recrear Bistro Naná. Un restaurante ubicado en el nuevo Paseo Cayalá, de la zona 16 capitalina, que tomó en cuenta no solamente la belleza natural y arquitectónica de los lugares gastronómicos de La Toscana, sino también el sabor típico mediterráneo, caracterizado por el uso de aceites de oliva, quesos y salsas, empleados en la preparación de pastas, mariscos y carnes.

Por supuesto, los vinos también forman parte de la tradición toscana que ha impuesto el nuevo Bistro Naná, el lugar que complementa la carta con una variedad de postres aderezados con el gusto peculiar de Pedro Rueda, un joven pero experimentado chef.

Sueño gastronómico

El deseo cobró más fuerza con las producciones en los lugares de La Toscana. De hecho, Rosa María comenta que pedía que pausaran los documentales o películas para analizar detalles de la comida y la decoración de los lugares emblemáticos. “Por ello, me siento feliz de haber creado este lugar romántico, en donde los clientes nos buscan para celebrar sus compromisos de parejas o sus aniversarios”, dice Martínez, quien asegura que su ideal está logrado.Rosa María Martínez es la emprendedora de este sueño, que ofrece un espacio cómodo y acogedor para 50 comensales, decorado con el toque de la vena artística de la administradora. “Cada vez que iba a un restaurante siempre decía: yo quiero tener uno. Pasé como cinco o siete años repitiendo esta frase, porque yo veía en mi mente y deseaba poner un restaurante romántico. Mi sueño me transportaba a La Toscana, que veía en las películas”, comenta a Revista GERENCIA.

Aunque en el comienzo era una obra gris, hoy es un restaurante acogedor de colores cálidos, decorado en ocres, con muebles en colores tierra, blanco y negro, que demandó valor, determinación y constancia. La emprendedora dice que los sueños son buenos, pero que si no se ejecutan acompañados de perseverancia, no producen frutos. “Desde el momento que fui a Cayalá y decidí que ese era el lugar donde iba a cumplir mi meta, me tomó alrededor de ocho meses abrirlo”, comenta.

Los resultados

Para arrancar con buen pie, Rosa María se rodeó de gente que sabía del negocio. “Yo me ocupé de la decoración, porque me gusta y quería conservar el estilo italiano de La Toscana. Pero como con la comida soy exigente, contraté a un experto. Antes de aprobar un platillo, lo regreso al chef hasta que quedo satisfecha”.

Rosa María es una emprendedora nata, comenzó a trabajar desde los 13 años, y antes de materializar este sueño se aventuró por lo menos en otros 20 negocios, uno de ellos muy exitoso. “Nunca me di por vencida, incursioné antes en un restaurante de comida típica, también tuve una venta de verduras y otra de ropa. Y esas experiencias me ayudaron a enfocarme y elegir el momento oportuno para decidirme por esta idea. En mi mente pasaron muchos negocios, hasta uno de lavado de carros”, afirma la emprendedora.

Bistro significa pequeño, y Naná, de la mama o de la nana. Cuentan con atención al público en horario de almuerzo desde las 12:00 horas, y de cenas hasta las 10:00 de la noche, que se puede extender al estar dentro del restaurante. Los domingos atienden de 12:00 a 16:00 horas.

Martínez cuenta que antes se empleó en relación de dependencia. “Cuando dejé esos empleos sentí una sensación de libertad absoluta, y se siente tan bien”, aconseja. “Siempre me repetía, doy tanto de mi y por qué no hacerlo por mi negocio. Mi hija mayor me decía que la abandonaba por el trabajo, pero esto forma parte de mí, porque me entrego completamente a lo que hago”, asiente la líder de Bistro Naná.

Un ingrediente del éxito que la empresaria privilegia es la fe en Dios. “Si Dios está conmigo soy capaz de todo. Tengo mucha fe, pero para que nos beneficie hay que ser diligentes, ágiles y trabajar duro, no solamente quedarse esperando la bendición, ésta hay que perseguirla”, recomienda.

Los comensales dicen que el lugar es mágico. A las parejas les encanta un balcón en el segundo piso, desde donde se puede apreciar el lobby y la entrada de piedra de la ciudad entallada en Cayalá. Como muestra de la satisfacción, uno de los visitantes dejó escrito en el buzón de sugerencias la siguiente nota: “qué bonito tener en Guatemala un lugar como del extranjero, sin salir del país”.

El restaurante confirma que Martínez una vez más logró un sueño, y lo hizo en un lugar relativamente nuevo: le apostó a Cayalá para que crecieran de la mano. “Cada día viene gente nueva, y eso nos llena de mucha ilusión y esperanza”, confirma.

Bistro Naná


Pedro Rueda, chef de Bistro Naná.

Bistro significa pequeño, y Naná, de la mama o de la nana. Cuentan con atención al público en horario de almuerzo desde las 12:00 horas, y de cenas hasta las 10:00 de la noche, que se puede extender al estar dentro del restaurante. Los domingos atienden de 12:00 a 16:00 horas.

Sus planes de celebración suman a la lista a un lugar novedoso, tranquilo, con seguridad y amplio parqueo. Bistro Naná, inspirado en La Toscana, le ofrece en un ambiente acogedor, musicalizado con clásicos italianos, un menú de 35 platillos de carnes, mariscos, pescados, pato, vegetales, ensaladas, sopas, pastas y entradas, preparados por un chef que emplea su creatividad para la decoración y para sorprender con la sazón a la que no puede faltarle el toque italiano-francés del mediterráneo.

Directora
Revista GERENCIA
gileana@agg.org.gt

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