Educarse sin escuela ni docentes

Los paradigmas educativos en revolución

La educación tal como se conoce actualmente responde a paradigmas acuñados en los siglos XIX y XX, y no ha reconocido nuevas concepciones de la gestión del conocimiento. La escuela –como espacio de conocimiento- segmentada en grupos, por criterio etario, unicurricular, basada únicamente en la transmisión del conocimiento, con evaluaciones cerradas y que no reconoce las inteligencias múltiples, ha echado raíces en la arquitectura al mostrar aulas cuadradas con escritorios alineados perfectamente, cátedras elevadas y pizarras desde donde el conocimiento se exhibe casi exclusivamente, hay uniformidad en el vestuario, en los gestos y en las ideas, modelo que se ha aceptado como exitoso.

Sin embargo, a lo largo de los años han aparecido personajes que han cuestionado esta forma. María Montessori, Federico Froebel, Enrique Pestalozzi, Paulo Freire son disruptivos de este modelo educativo, así lo indica Alejandro Piscitelli, filósofo, educador interesado en los nuevos medios.

Estas iniciativas generativas y creativas tienen el problema que no son masivas sino de nichos. Por ejemplo, añade, en el mundo hay solamente alrededor de 4 mil escuelas con el modelo Montessori. El problema, señala Piscitelli es cómo se masifica la creatividad, cómo se reinventa y se redistribuye la innovación cómo se multiplican los entornos personalizados  de aprendizaje. Estos son cuestionamientos que atañen también  a las universidades y a las empresas que siguen reproduciendo en sus propuestas educativas, esquema arcaicos.

Los métodos disruptivos de aprendizaje cuentan con el problema de que no son masivos sino de nichos.

Leonardo Kourchenko, periodista y escritor señala que, la educación disruptiva consiste en una serie de prácticas que pretenden modificar y cambiar modelos, al integrar elementos innovadores y que apuestan por la personalización. Para la educadora Norma Moreno este elemento es importante pero hay que considerar un elemento previo: reconocer que los estudiantes son personas, lo que implica que en cualquier proceso educativo se valore y promocione el contacto cara a cara, pero también aprovechar los recursos digitales desde lo que cada persona puede investigar, compartir y utilizar.

Piscitelli menciona que la palabra disrupción viene del mundo de los negocios y que hace referencia a que hay dos tipos de evolución.  Aplicado al mundo de la educación significa que la evolución puede darse en cualquiera de los niveles educativos. Hace referencia a la experiencia de la Universidad Minerva, un proyecto implemento en 2016 y que tiene su sede física en California, Estados Unidos, pero que no tiene sede académica, ya que los estudiantes «flotan por el planeta» al cursar un semestre en un continente distinto. Para hacer esta experiencia se postularon miles de personas y solamente se eligieron a 25, todas becadas lo que a juicio del experto y de la evidencia la convierte en un modelo elitista y costoso.

Para Piscitelli esta es una experiencia disruptiva en todo el sentido. Y señala como contraria la experiencia de muchas personas que estudian en una universidad, se gradúan de ella, luego trabajan en la misma casa de estudios y hacen un postgrado para trabajar como docentes en el mismo sitio haciendo que doda experiencia sea «endogámica», ya que cuando se está siempre  en el mismo lugar y con las mismas personas se habla el mismo lenguaje y las posibilidades de cambio son muy pequeñas. «Es como que nunca las personas hubieran salido de su pueblo», afirma.

Piscitelli hace referencia también al experimento «El hoyo en la pared», realizado por Sugata Mitra, un profesor indio considerado uno de los principales revolucionarios digitales y de la autoeducación. Mitra realizó el experimento de empotrar computadoras en una pared en las zonas más pobres de la India con un sistema operativo en inglés , y las opiniones apuntaban a que la computadora seria robada o rota.

Sin embargo, unos días después se encuentran con una cola de jóvenes quienes habían aprendido por si mismos a usar las computadores, a navegar por internet y se enseñaban entre ellos sin ayuda externa, haciendo lo que se conoce como educación de pares. Este es un ejemplo de educación disruptiva, mínimamente invasiva donde simplemente las cosas suceden y hay autoaprendizaje.

A pesar de ello, Piscitelli reconoce que estas experiencias difícilmente se puede llevar a modelos, porque el rendimiento del docente se va apagando. Quizá lo más valioso del experimento es que abrió un nuevo paradigma, que desafió la base de la educación tal como se ha conocido por que quienes aprenden pueden controlar su aprendizaje entonces, ¿qué papel debe cumplir todo el sistema?

El segundo experimento de Mitra consistió en la creación de la «Escuela en la Nube», mediante la cual el científico descubrió que el aprendizaje aumenta si los niños son motivados, animados e impulsados a hacer lo que sea que hagan en lugar de que un adulto les «enseñe»,  un aprendizaje que Mitra obtuvo de ver la forma como interactúan abuelas y nietos. Esto le sirvió para crear la nube de abuelas o Granny Cloud, una red de mujeres que animan a niños con videollamadas por medio de skype. Pero esa era solo la primera parte de su experimento, luego gracias al premio recibido por haber ganado el premio TED, construyó siete escuelas laboratorios en donde se implementa lo señalado.

En todo el planeta hay infinidad de experiencias educativas en linea que reformulan paradigmas como la responsabilidad individual en el aprendizaje, combinación de tiempo de aprendizaje con otras actividades artísticas o deportivas o gestionar grupos intergeneracionales de personas. Al respecto, Norma Moreno comenta que hay grupos en los que las personas mayores no han adquirido las competencias necesarias para las tecnologías y los jóvenes si  las tienen porque han nacido dentro de un mundo tecnológico.

El problema, señala Moreno, es que «nos enfrentamos a universidades del siglo XXI con docentes del siglo XX y procesos del siglo XIX «,. Para Piscitelli los sistemas educativos no pudieron sobrevivir a la masificación ocurrida a mediados del siglo XX.

Quizá uno de los paradigmas más cuestionados por la disrupción en la educación es el que proclamaba que la producción del conocimiento tenía al libro como vehículo. Actualmente, el eje de la producción masiva no pasa por el libro sino por otras plataformas y soportes. El pensamiento en plataforma es, que se está pensando, produciendo y generando amigos y conocimiento en Facebook, y no en el libro como herramienta.

Los expertos también llaman la atención sobre que, educación disruptiva y tecnología no significan únicamente hacer ahora en computadora los procesos que antes se hacían manuales, porque sino el conocimiento se seguirá administrando desde una persona sin que haya interacción, cuestionamiento y construcción en conjunto y este en fenómeno que se evidencia en la escuela, pero también en la empres, las que son retadas a dejar que las personas gestionen lo que quiere aprender en dónde se quiere hacerlo apoyados por nuevas herramientas. En síntesis, indica Francisco Gallardo, se trata de personalizar el aprendizaje utilizando la misma herramienta aunque de distinta manera.

Otro de los paradigmas cuestionados por la educación disruptiva es que el conocimiento era unidireccional.  Cuestionar esta idea implica hacerlo también de ciertas profesiones políticos, comunicadores, educadores, publicistas.

Para Piscitelli todas estas profesiones son «broadcast que creen que tienen la verdad» y ahora la tendencia es que cada quien diseñe su propio entretenimiento de música y cine y de paso diga adiós a la televisión y a la radio. Además, se cuestiona: «¿si puedo hacer esto y puedo aprender, para qué necesito a la escuela?».

El riesgo en este punto es que, si la persona no aprende a programar sus propias necesidades, alguien más como la escuela tradicional , los gobiernos locales o las grandes corporaciones lo harán. Piscitelli reconoce que se está en un momento importante para la historia porque hay complejidad y diversidad que no se había conocido antes y lo que toca ahora es reconocer que hace falta crear nuevos conceptos, sacar a los docentes y a las materias y contenidos y apostar por el pensamiento abierto, una tarea difícil luego de haber sido educados durante siglos en un pensamiento cerrado, enfatiza Kourchenko.

Roberto M. Samayoa O.
Colaborador
Revista GERENCIA
editorialgerencia@agg.com.gt

Con información de: http://www.eltiempo.com/ archivo/documento/CMS-15181257 Ivox: Entorno digital en la Educación / Educación disruptiva

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