Depuración, un tema que el Congreso debe enfrentar en un sentido amplio

Depurar el Congreso como una exigencia ciudadana es una acción que se quiere, pero que no se puede hacer. Al menos de forma inmediata. Y es que las leyes no abarcan dicha situación y solo facilitan esa posibilidad a través de un proceso de elecciones, el que únicamente puede efectuarse cada cuatro años.

Reformar la ley para lograrlo, tampoco es algo que se vaya a hacer de manera inmediata, pues una serie de reformas a la Ley Electoral y de Partidos Políticos acaba de ser aprobada y ninguno de los cambios toca ese tema.

Los analistas creen que habrá que esperarse a una nueva generación de reformas, pues de lo contrario se estaría haciendo oídos sordos a las exigencias de un movimiento social que ha dado en llamarse La Plaza. Este movimiento se materializa en el conjunto de manifestaciones que se iniciaron hace un año en la Plaza de la Constitución y luego se expandió a otros parques centrales del interior de la República.

Pero, ¿qué cambios son los necesarios? Pues los que conocen del tema aseguran que a las reformas hechas les faltó poner énfasis en la democratización interna de Depuración, un tema que el Congreso debe enfrentar en un sentido amplio La depuración es exigida por la ciudadanía. Sin embargo, la ley no la contempla, por lo que deben buscarse rutas legales y efectivas de cambio José Carlos Sanabria, de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (Asíes). Los partidos políticos. En las condiciones actuales, la ley permanece con las mismas ventajas de siempre para aquellos que han hecho de estos su propiedad y vehículos para garantizarles cuotas importantes del poder político.

Un mal necesario Los partidos políticos son agrupaciones que en una democracia están constituidos para, a través de su organización, proponer en un proceso electoral a quienes pueden ocupar cargos públicos de dirección. De allí la importancia de estas agrupaciones de derecho público que, hoy por hoy, es cuestionada por la sociedad guatemalteca que considera que no cumplen su función de ser los interlocutores de las necesidades de la población a la que representan.

José Carlos Sanabria, de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (Asíes), no duda en afirmar que en la coyuntura actual hablar de depurar el Congreso es un tema que se queda corto, pues en realidad debe trabajarse en la depuración del sistema político en su conjunto, si de verdad quieren hacerse cambios sustanciales.

El planteamiento del analista se funda en su creencia de que el sistema político dejó de ser representativo y legítimo. Por eso, Sanabria plantea dos rutas para transformarlos: una es legislar y la otra participar.

En criterio de Sanabria, las reformas que aprobó el Congreso y que están pendientes de ser sancionadas o vetadas por el Presidente de la República, sólo han permitido un avance del 40 por ciento con relación a las necesidades y exigencias de

la población. Es por eso que el investigador piensa que las exigencias sociales deben enfocarse hacia el Congreso, pues es allí donde deben hacerse los cambios. Al referirse a las opciones que existen para democratizar los partidos, Sanabria expone que una de las más importantes podría ser prohibir que los partidos postulen candidatos que no cuentan con organización, como la forma de abrir brecha a la democratización interna. Otro cambio debiera ser la presentación de listados nominales y, una más, la posibilidad de realizar elecciones primarias.

Y al referirse a la participación, Sanabria cree que los movimientos sociales que se lanzaron a las plazas desde abril pasado debieran pensar ya en pasar de la protesta a la propuesta, y estos últimos pueden hacerlo perfectamente a través de su participación directa en los procesos electorales.

María Isabel Bonilla, del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN), considera que si bien es cierto que el tema de la depuración del Congreso está en efervescencia, también lo es que, de alguna forma, los actuales congresistas han logrado sacar ventajas de la coyuntura.

Por ejemplo, menciona que sin replicar tanto, instalaron mesas de discusión para temas torales como la Ley Electoral y de Partidos Políticos, la Ley de Contrataciones y la Ley de Servicio Civil, por ejemplo, intentando aparentar convertirse en los interlocutores de la población.

Sin embargo, los resultados tampoco fueron los esperados, pues las modificaciones que se han hecho fueron a la medida de la clase política y no a la de la población.

Con los cambios, la población sigue sin poder elegir a una persona directamente y menos a una que sea su representante, pues la opción sigue estando entre aquellos que imponen los comités ejecutivos de los partidos políticos. Por eso es que debe pensarse en metodologías reales y objetivas para conseguir una verdadera depuración.

El CIEN, cuenta Bonilla, prepara un sistema de objetivos de control sobre lo que hace el Congreso. Y si se habla directamente de depurar, la investigadora especializada en temas jurídicos opina que debe ser en dos líneas. Una en términos eminentemente electorales, pero la otra en términos de la calidad de quienes llegan al Congreso, lo cual también abarcaría necesarias reformas a la Ley de Servicio Civil y específicamente a la del Organismo Legislativo.

Pero en todos los temas que los analistas hablan, el Congreso ya ha bajado la guardia. Por eso es que ambos consideran aunque las manifestaciones de las plazas se vuelven a hacer necesarias, no con tintes políticos particulares o sectarios, sino con el interés de cambios profundos y reales, como en principio se exigió en las manifestaciones que dieron al traste con el gobierno patriota que presidió Otto Pérez Molina.

Presionar al Congreso para que no baje la guardia y siga haciendo cambios es importante y necesario. Aunque a juicio de Bonilla tampoco debe bajarse la guardia de supervisión y fiscalización de lo que hacen el Organismo Ejecutivo y el Judicial, pues si bien los cambios deben hacerse legalmente en el Congreso, es en estas otras instancias del Estado en donde deben ponerse en marcha.

Carlos Morales Monzón
Periodista y Profesor Universitario
cmoralesmonzon@yahoo.com

 

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