Cultura vial,

Cultura vial, normas obsoletas que muy pocos respetan

Los guatemaltecos conocen la ley de tránsito y su reglamento. Sin embargo, la irrespetan ante la mirada pasiva de las autoridades que prefieren dejar hacer, antes que poner en riesgo su humanidad

En el mundo mueren cada año 1.25 millones de personas a causa de accidentes de tránsito. Se trata de un número altísimo, pero que para consuelo humano se ha estabilizado desde hace una década, pues su tendencia venía siendo siempre al alza.

Este es un estado de inseguridad vial, producto de una cultura vial decadente. La mayoría de los conductores conoce las normativas, pero la falta de aplicación real de la ley incentiva su constante violación.

Los motoristas, al menos en Guatemala, suelen conducir con casco, pero colgando de alguno de sus brazos. Por necesidad o por imprudencia, muchos motoristas suelen transportar a más de un pasajero. Algunos jefes de familia suelen llevar consigo a la esposa y hasta a tres de sus hijos en un mismo viaje.

Los pilotos automovilistas no respetan los pasos peatonales conocidos como pasos de cebra. Con regularidad irrespetan las señales de alto, pero también las de no virar en U, no rebasar, no virar hacia la derecha o la izquierda y, si de los guatemaltecos se trata, con frecuencia obstaculizan el tránsito bloqueando las intersecciones de las calles, con lo que generan congestiones vehiculares.

Acelerar cuando el semáforo está en amarillo o bien cuando algún otro vehículo pide vía para cambiar de carril, es una actitud constante y, por supuesto, negativa entre los pilotos automotrices.

En Guatemala es común ver familias completas movilizarse en motocicleta.

En fin, pocos, pero muy pocos, realmente respetan el reglamento de tránsito y de allí las cifras alarmantes de muertos por accidentes de tráfico. Un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre este tema, asegura que 68 de los 178 países que participan en la Encuesta Mundial sobre Seguridad Vial han registrado un aumento en el número de muertos por accidentes de tránsito.

Otro dato que presenta el estudio de la OMS, es que la mayoría de las muertes se dan en países donde los ingresos son medios, seguidos de los bajos y por último los altos. Eso significa que los percances no son precisamente por falta de educación. El 74 por ciento de las muertes por accidentes de tránsito se registra en los países con ingresos medios.

Con ojos de asegurador

Los datos más recientes sobre este tema en Guatemala, fueron dados a conocer por la Asociación Guatemalteca de Instituciones de Seguros (AGIS), con datos del Departamento de Tránsito de la Policía Nacional Civil (PNC).

Guatemala cuenta con un parque vehicular integrado por 3 millones 348 mil 577 automotores. Al 30 de abril de este año el número de accidentes reportados sumaba 2 mil ocho. En ellos, 534 guatemaltecos habían perdido la vida y otros 2 mil 465 quedaron lesionados.

Del total de vehículos que circula en el país, el 38.22 por ciento está representado por motocicletas. Y la cifra es muy parecida si de involucramiento en hechos de tránsito se trata. De acuerdo con la PNC, un 36 por ciento de los accidentes tiene como protagonista a una motocicleta. El 19 por ciento a un automóvil, el 14 por ciento a un pickup, el 8 por ciento a un camión, el 5 por ciento a camionetas SUV, el 4 por ciento a autobuses y el 3 por ciento a microbuses.

Las estadísticas presentadas por la AGIS dan cuenta de que del total de hechos de tránsito, el 45 por ciento corresponden a colisiones, el 36 por ciento a atropellos, el 13 por ciento a salidas de la pista y el 6 por ciento a vuelcos.

El informe también destaca que el 84 por ciento de los fallecidos son de sexo masculino, mientras que solo el 16 por ciento de sexo femenino. También resalta que el 49 por ciento de los fallecidos son menores de 30 años.

Otro dato relevante es que la mayoría de los hechos se registra entre el medio día y la media noche, así como los fines de semana, por lo que es fácil deducir que también la mayoría de accidentes registra el factor alcohol como causa principal de dichas tragedias.

Enrique Murillo, director ejecutivo de la AGIS.

Aun cuando la cifra de automotores en circulación es elevada, tan solo el 17 por ciento está asegurado, pues la ley no obliga a que los propietarios de los vehículos contraten algún tipo mínimo de seguro. Tan solo hay obligación legal para el transporte colectivo extraurbano de pasajeros, luego de comprobarse que muchos de los accidentes de este tipo de vehículos, que han dejado decenas de muertos, manejan a altas velocidades y carecen de la experiencia necesaria para conducir vehículos de esta naturaleza.

Enrique Murillo, director ejecutivo de la AGIS, explicó recientemente al dar a conocer estos datos que un seguro vehicular siempre es importante. Por un lado porque protege al conductor ante cualquier daño que pueda provocar por un acto de impericia; pero, por otro, porque también protege a terceros, es decir a aquellos que resultan víctimas del hecho fortuito.

Otras cifras del país

Un informe del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), basado en datos de la PNC, refleja un crecimiento histórico en el número de fallecimientos anuales como producto de hechos de tránsito.

En diez años, la cifra pasó de menos de mil víctimas mortales, a más de dos mil. En 2007 este reporte asegura que hubo 936 fallecidos en accidentes de tránsito, mientras que el año pasado hubo 2 mil ocho. Y al 30 de abril pasado, es decir el primer cuatrimestre, la cifra ya reflejaba 534 muertos, lo que podría significar un nuevo aumento si la tendencia se mantiene.

Por ser el departamento de Guatemala el de mayor acaparamiento del parque vehicular (1.5 millones de automotores), es lógico que también genere la mayor cantidad de hechos de tránsito y, por tanto, también la mayor cantidad de muertos y lesionados.

En el departamento de Guatemala se registra el 45 por ciento del total de parque vehicular. Pero también el 31.87 por ciento del total de hechos de tránsito y, por tanto, el 22.47 por ciento de fallecidos.

El departamento que más se le acerca es Escuintla. En esta parte del sur del país se registran 215 mil 557 vehículos, equivalentes al 6 por ciento del total del parque, tan solo superado en unos 12 mil automotores por Quetzaltenango, departamento que alberga a la segunda ciudad más importante del país.

Con regularidad, Semana Santa y diciembre, con las fiestas de fin de año, son las dos temporadas en las que más hechos de tránsito se registran, de acuerdo con las cifras que ofrece el INE. Mientras que sábado y domingo son los dos días de la semana en que más accidentes ocurren. Los datos, sin lugar a dudas, se relacionan con los días y temporadas más propensas para el consumo de bebidas alcohólicas y de allí los resultados.

Y si en casi todos los indicadores el área rural siempre queda atrás de la urbana, en el tema de los fallecidos por accidentes de tránsito la situación es contraria. De los 2 mil ocho muertos el año anterior, el 73.9 por ciento lo aportó el área rural, con una mayoría masculina.

Amílcar Montejo, intendente administrativo de la PMT.

Las estadísticas también revelan que entre más avanza el día, más accidentes se registran. Es decir que, la mayoría se dan por las noches, aunque el fenómeno de aumento comienza a notarse desde el medio día.

La autoridad opina

La causa principal que en Guatemala genera accidentes de tránsito es la alta velocidad. En ello coinciden Amílcar Montejo, intendente administrativo de la Policía Municipal de Tránsito (PMT) de la ciudad de Guatemala, y Dalia Santos, vocera de la Policía Municipal de Tránsito de Villa Nueva, con experiencia en el departamento de tránsito de la PNC y la PMT de Santa Catarina Pinula.

La causa que le sigue es el uso de celular y luego el irrespeto a las señales de tránsito, dice Santos. Según la vocera del municipio de Villa Nueva, el fenómeno no está en el desconocimiento de la normativa de tránsito sino en la falta de inteligencia vial. Es decir, que cada quien hace lo que mejor le parece para su rápida movilización, sin importar si pone en riesgo su vida y la de terceros.

Para Dalia Santos, el 80 por ciento de los hechos de tránsito están relacionados con el factor humano y solo el 20 por ciento con las condiciones climatológicas, la infraestructura o las fallas en los vehículos.

Montejo es un poco más fuerte en su análisis. Para el intendente sí hay cultura vial, pero es muy deficiente. Y dice el funcionario de la PMT capitalina, que el problema estriba en que quienes tienen la responsabilidad de generar cultura vial no lo han hecho.

En este caso específico se refiere directamente al Ministerio de Educación (Mineduc), pues según él es la entidad que debiera mantener dentro de los pensum de estudios una materia relacionada con la educación vial. Si así lo hicieran, seguramente las personas crecerían con mucha mayor conciencia y habrían muchos menos accidentes de tránsito, asegura.

Dalia Santos, vocera de la PMT de Villa Nueva.

Por supuesto que en esta educación, Montejo no se queda solo en señalar al Mineduc. También habla de que en ello tienen responsabilidad los vendedores de vehículos que no se preocupan en nada más que en vender y así los automotores llegan a manos de personas que carecen de la capacidad suficiente para conducirlos. Y a otro sector que señala Montejo de tener responsabilidad de involucrarse en la educación vial es a los distribuidores de bebidas alcohólicas, pues en buena medida su producto es responsable de gran cantidad de accidentes. La ebriedad está en el cuarto lugar de las causas de accidentes de tránsito, según Montejo y Santos.

En otro punto que coinciden los dos reguladores del tránsito, es la necesidad de actualizar la ley, pues las normas actuales ya están obsoletas. Dalia Santos habla de una ley que data de 1997 y un reglamento de 1998, es decir dos estamentos con dos décadas de desactualización.

Jorge Aguilar, vocero de la PNC, también es de la idea de que existe cultura vial, pero deficiente. Por ello dice que, el departamento de tránsito de la institución trabaja arduamente en la búsqueda de mejorar la educación de los guatemaltecos en ese sentido.

Las acciones necesarias

Para reducir las posibilidades de los hechos de tránsito, se hace necesario accionar en el sentido de educar. Así lo afirma Amílcar Montejo, quien asegura que la institución a la que pertenece hace lo propio. Solo el año pasado, según el intendente, la PMT capitalina facilitó talleres de educación vial a 49 mil personas entre niños y adultos, pues ofrecen charlas a centros educativos, convencidos de que la educación vial garantizará la seguridad vial en el futuro.

Expertos coinciden en la necesidad de actualizar la ley de tránsito, pues las normas actuales ya están obsoletas.  La ley data de 1997 y el reglamento de 1998

La PNC también hace lo suyo. Según su vocero, charlas en centros educativos, pero también en empresas privadas e instituciones públicas son parte de los pro para alcanzar su propósito e incidir en la reducción de los hechos de tránsito que visiblemente se incrementan cada año.

Dalia Santos también asegura que la entidad en la que labora, trabaja en educar a la población. Según ella, en Villa Nueva constantemente se efectúan ferias, desfiles y cursos de educación vial en los que se intenta capacitar a la población, pues están conscientes de que incluso los peatones necesitan educarse. La ley indica la forma en que debe comportarse un peatón, pero muy pocos lo cumplen, dice Santos. Por eso es que trabajan en ese sentido.

Jorge Aguilar, vocero de la PNC.

Además, cuenta que cuando estuvo al frente de la sección de comunicación del departamento de tránsito de la PNC, fue testigo de la firma de un convenio entre los entonces ministros de gobernación , Mauricio López Bonilla, y de educación, Cinthya del Águila, en el que se comprometieron a garantizar la educación vial en el pensum de estudios.

Eso sucedió en 2014. Pero de ese año a la fecha, nada de eso se ha hecho realidad. Los accidentes siguen creciendo en número y los muertos también. Ello demuestra que la cultura vial se hace cada vez más importante y necesaria, pues de lo contrario, el país no saldrá de este círculo vicioso en el que los pobladores conocen la ley, pero no la respetan. Y las autoridades, por su parte, prefieren hacerse de la vista gorda y se vuelven permisivas, ante la posibilidad de resultar víctimas de la violencia que ahora reina y que puede costarles hasta la vida.

Carlos Morales Monzón
Periodista y Profesor Universitario
cmoralesmonzon@yahoo.com

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