Contribución femenina para el desarrollo

En el presente año cabe recordar que un septiembre de 2000, en la sede de las Naciones Unidas, en Nueva York, los jefes de Estado y de Gobierno de los 189 países miembros, que incluyen a Guatemala, se comprometieron a construir un mundo diferente para 2015.

Uno de los ocho propósitos de desarrollo humano establecido en ese entonces, y conocido como Objetivo del Nuevo Milenio 3 (ODM 3), establece la promoción de la equidad de género y el empoderamiento de la mujer para 2015. El Grupo del Banco Mundial afirma que “empoderar a las mujeres y niñas no solo es lo correcto, sino una medida acertada desde el punto de vista económico y esencial para poner fin a la pobreza y promover la prosperidad compartida”.

Estamos en la meta, y el Programa Nacional de Desarrollo Humano da cuenta de logros importantes, sobre todo en la participación política. Se dice que, “en el año 2013, la proporción de mujeres que ocupaban un escaño parlamentario aumentó en 42 de las 64 cámaras renovadas de todo el mundo”. Así también que, “en 39 de las cámaras para las que hubo elecciones se utilizaron cupos electorales, por decisión voluntaria de los partidos o por la vía legislativa”, lo que influye de manera positiva en el acceso de la mujer al parlamento.

Aun así, hay muchas tareas pendientes. De hecho, algunos estudios indican que solo 2 de 130 países han logrado la igualdad de género en todos los niveles de la educación. Y aunque se percibe más participación femenina en los diversos sectores de la sociedad, en muchos aspectos el compromiso sigue relegado y es urgente para el desarrollo económico.

Revista GERENCIA
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