Cloud computing transparente y segura

Para 2020, el 70% de las empresas utilizarán la nube.

Todas las fotografías, vídeos, memes, comentarios, citas y otras informaciones que se comparten en las redes sociales existen solo de forma virtual, en la nube. El cloud computing es una tecnología que busca reunir los archivos e información en internet, sin que el usuario deba preocuparse por contar con la capacidad suficiente de memoria para almacenar información en la computadora. Sin embargo, no solo se trata de almacenar las fotografías o vídeos de las últimas vacaciones en Dropbox o Google Drive, por ejemplo, sino que en la nube se puede alojar toda la información de cualquier empresa.

Luis Torres, gerente regional de servicios en la nube para C.A., de Tigo Business.

Luis Torres, gerente regional de servicios en la nube para Centroamérica de Tigo Business comenta que, los servicios en la nube existen desde hace 30 años y que gracias a las redes sociales se ha dado una masificación del servicio, aunque la mayoría de personas usan esta tecnología sin saberlo.

Respecto a la nube empresarial, Torres indica que para el año 2020 se calcula que un 70 por ciento de las empresas estarán usando esta tecnología, aunque actualmente muchas no estén totalmente convencidas. En particular, porque hay mitos en relación con la seguridad.

Juan Manuel Martínez, solution manager de Huawei para Centroamérica, coincide en lo señalado por Torres y añade que, esta desconfianza es lo que ha frenado que los clientes migren hacia este servicio.  A favor de la nube, Martínez comenta que la arquitectura de la misma ha evolucionado en los últimos años y que “los factores críticos o vulnerables son muy pocos y que, al contrario, la nube facilita cierta seguridad y la administración eficiente e inteligente sin estar expuestos a ataques de terceros”. Martínez adiciona que, el servicio de la nube se convertirá en un rubro más para pagar dentro de la telefonía móvil ya que todos los operadores de telefonía están migrando a la nube.

Torres opina que en realidad los controles de seguridad en el cloud son más reales y estrictos que aquellos que tienen las propias empresas. En Tigo Cloud, por ejemplo, siguen estándares universales como ISO 27001 (norma para gestionar la seguridad de la información en una empresa) e ISO 22301 (continuidad en los negocios y reducción de probabilidades de que se produzcan incidentes). “De esta manera, la información de los clientes está controlada y está en un sitio seguro que cuenta con más de 200 controles”.

Juan Manuel Martínez, solution manager de Huawei.

A pesar de lo indicado, Martínez recomienda no compartir la información confidencial, por ejemplo los números de tarjetas de crédito y llama la atención sobre la existencia de ciertas penalidades hacia el proveedor en el caso de alguna falla en la seguridad y que, incluso, “a nivel contractual se puede llegar a términos penales”.

Otro de los mitos alrededor de la nube es que cualquier persona puede acceder a la información subida. Torres es enfático al afirmar que, “el único que posee acceso a la información es el dueño de ella, ya que la información está comprimida y encriptada. Cualquier otra persona que tenga acceso a esta información se encontrará con archivos ilegibles”, señala Torres. La encriptación de la información consiste en codificar la información para que no pueda ser descifrada sino solo por medio de un software que conoce el autor de los documentos. En el caso de que una autoridad judicial solicite tener acceso a la información colocada en la nube, “ningún proveedor puede negarse”, señala Torres y añade que aunque el proveedor entregue la información, lo más seguro es que esta no sea visible en ningún caso debido al encriptamiento.

Torres indica que el servicio que brindan cuenta con más de 30 sistemas “para brindar seguridad, confiabilidad y disponibilidad”. Esto garantiza además la propiedad intelectual de la información subida. ¿Cómo se garantiza la confidencialidad? Martínez explica que todo proveedor de nube debe ser capaz de demostrar cómo y de qué manera el usuario cuenta con el acceso único y exclusivo a su información. Añade que, al estar en una nube pública el proveedor debe ser capar de demostrar cuál es el ciclo de vida de la información para “la tranquilidad y seguridad de que ellos son los únicos que van a tener acceso a su información”.

Otra de las ventajas de la nube es que es un sistema “flexible, dinámico y amable en el manejo de costos”, comenta Torres, lo que se puede traducir en que disminuyen los costos de inversión en equipo, en mantenimiento, software y, en cambio, se hace la inversión en un servicio de renta mensual de cloud.

Torres explica esto como Torres explica esto como un cambio en el modelo que permite dejar de gastar “millones de dólares en compra de equipo y adquirir servicios con estándares de calidad y que permiten que la solución esté siempre fresca y a la mano”, señala.

Para el ejecutivo de Tigo, otra de las ventajas es que el cliente no sufre de obsolescencia tecnológica, también llamada obsolescencia programada y que consiste en que los aparatos electrónicos tales como teléfonos inteligentes, computadoras, tablets, impresoras, etcétera, poseen programado por el productor un tiempo de vida útil después del cual dejan de funcionar o comienzan a presentar problemas para obligar al usuario a comprar otro. En cambio, el cliente, al usar cloud, si necesita más memoria o más almacenamiento simplemente se amplía el contrato de almacenamiento y, aunque Torres no lo indica, se aumenta la cuota de acuerdo a las necesidades del cliente.

Una de las ventajas del cloud computing es que trabaja las 24 horas, los 7 días de la semana y sin caídas.

Para Martínez, una ventaja de esta tecnología es que trabaja en todo momento y que se brinda el servicio las 24 horas, los 7 días de la semana, “sin caídas”. Sin embargo, también advierte que algunas empresas no logran ver estos beneficios sino que solamente se enfocan en el costo mensual. Martínez añade que la migración hacia la nube debe incluir cambios a nivel organizacional para exigir hacia lo interno de las empresas los mismos niveles de seguridad. Uno de los puntos sobre los cuales hay dudas es la confiabilidad y la permanencia de la información. Al respecto considera que, los proveedores de este servicio garantizan que, en el caso que suceda una contingencia en el centro de datos, automáticamente existe una copia de esta información y que, además, la información no se ha corrompido, o dicho de otra manera, que en ambos lugares – no reales, sino virtuales – esta se encuentra completa.

Martínez habla de “una de las bellezas de la nube”, al referirse a su capacidad ilimitada, lo que la coloca en mucha ventaja respecto a la infraestructura que cualquier organización o empresa pueda tener. “Ese dinamismo y elasticidad de la nube, brindan la tranquilidad de que en ningún momento se va a tener problemas y que, además, es un paso necesario para propiciar el crecimiento de los negocios”.

Para el futuro inmediato, Torres remarca como una de las prioridades el fortalecimiento de empresas pequeñas, mediante la facilitación del acceso a la web, el contar con un escritorio virtual el que ofrece la posibilidad de obtener la información como si la persona estuviera frente a su computadora y cuando realmente podrá estar frente a una tableta, un teléfono inteligente o cualquier dispositivo. Agrega que, una de las fortalezas que tienen ellos como proveedores del servicio es que cuentan con el anillo centroamericano de fibra óptica terrestre, que permite que, por ejemplo, desde San José, Costa Rica se pueda contar con acceso a su información en Guatemala como que fuera local “sin verse afectado por la seguridad y sin necesidad de internet”.

Martínez expone que se debe tener en cuenta que el actual cambio generacional permite que cuatro generaciones convivan. Para algunas usar un CD o una USB es arcaico, mientras que otras todavía prefieren contar con su información de forma física. “Este cambio y transformación llevarán tiempo, y habrán muchas personas que nunca abandonarán los métodos tradicionales de guardar información”. Del lado de los operadores, Martínez concluye con una analogía, ahora ya no es la carretera ni la cantidad de vehículos que circulen sino la experiencia del usuario mientras está viajando.

Roberto M. Samayoa O.
Periodista
Revista GERENCIA
editorialgerencia@agg.org.gt

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