Carlos León y sus corales de luz

La precisión de su trabajo mejora la vida de muchas personas

Hay una conexión de luz entre el arte y la oftalmología, la pasión de Carlos León Roldán. Cuando se desarrolla la entrevista, beneficiarios de trasplantes esperan desde hace unas 30 horas a que sea liberada en aduanas la entrega de unas córneas provenientes de Estados Unidos. Mientras, los internistas quienes cursan en este centro un postgrado en oftalmología, coordinado por León y avalado por la universidad Francisco Marroquín, atienden a los pacientes.

Carlos León Roldán, oftalmólogo
inventor de los implantes Queratoprótesis hidroxiopatita coralina.

Los implantes de coral de León Roldán son el resultado de años de especialización.

 

 

 

 

León es el inventor de un tipo de implantes artificiales hechos a base de coral, denominados Queratoprótesis de hidroxiopatita coralina y que pueden ser implantes esféricos, platos y de otras variaciones de formas para reposición de volumen o de hueso en la cavidad del ojo, para protección del ojo o para sustitución de esclera.

A diferencia de otros implantes, las córneas, los platos y el implante en polvo no son rechazados por el cuerpo, sino que son absorbidos y recubiertos de tejidos por el propio organismo. Las prótesis son pulidas a mano con polvo de diamante por el mismo médico, lo que permite que tengan la curvatura necesaria para adaptarse al ojo y no queden planas.

En el caso de los implantes esféricos, que tienen un diámetro de 16 a 22 milímetros, se usa en pacientes que han perdido todo el ojo, “se coloca en la cavidad orbitaria, anclado a los músculos del ojo, con lo que se logra un buen volumen y movimiento. Posteriormente, se le coloca una prótesis u ojo pintado en acrílico muy similar al ojo contralateral, y se comunica el implante de hidroxiopatita a la prótesis cosmética por un perno o clavo de plástico, logrando así una movilidad completa”, explica.

La invención de estos implantes de coral son el resultado de años de especialización y de trabajo en conjunto que empezaron en la década de los años noventa en las clínicas Barraquer de Colombia, junto a José Barraquer Granados. La investigación se presentó por primera vez en 1995 en el Segundo Congreso Mundial de Queratoprótesis, realizado en Roma. La invención está registrada en Estados Unidos a nombre de Carlos León y José Barraquer.

En 1998 León vuelve a Guatemala y realiza dos implantes de córneas en la misma persona utilizando la Queratoprótesis de hidroxiopatita coralina. Hasta la fecha, solamente ha realizado tres implantes de córnea y los tres han sido exitosos. La misma técnica se ha utilizado con otros pacientes en otros países de Suramérica. La razón por la que no hay más casos exitosos en Guatemala es “porque las personas no saben que esto se puede hacer”.

Señala que las personas candidatas al implante son quienes tengan en buen estado la retina y que al menos puedan percibir la luz, los invidentes por opacidad de la parte anterior del ojo a la raíz originada por accidentes con cal o ácidos o quienes padecen el síndrome de Stevens.

León explica que ha encontrado una empresa en la India con quienes está trabajando la próxima generación de los cilindros ópticos de 3,5mm de diámetro que se conecta al nervio óptico. León Roldán sigue comprometido con ganar por medio de sus inventos y técnicas la batalla a la ceguera.

Roberto Samayoa
Periodista
Revista GERENCIA
gileanalopez@agg.org.gt

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